3 de septiembre de 2009

LA PATAGONIA ES UN OVNIDROMO NATURAL

Autora: Daniela CIANCIA - PATAGONIA OVNI

La revista DESCUBRIR (Editoral Perfil) de agosto de 1996, haciendo alusión a la película "Día de la Independencia" que se estranaba en esos momentos, elabora esta portada e incluye un informe cuya autoría pertenece al Sr. Alejandro Agostinelli, acerca de una probable "invasión alienígena".
Más allá del contenido del artículo, a efectos de este blog me pareció interesante un fragmento de una pequeña entrevista realizada a Fabio Zerpa, titulada "Argentina es la puerta de entrada".
En la misma emerge la relación Patagonia - OVNI, la cual es nuestra temática, en estos términos:
"(...) - ¿Argentina es parte de un proyecto UFO?
- No. En Argentina hay un -por así decirlo- platillódromo u ovnidromo natural que se llama PATAGONIA. Por eso, estadísticamente, es el lugar adonde se ven más OVNIs. Entre los "cinturones de Van Alien" (supongo que se trata de un error de edición y quizás quisieron decir Van Allen), que filtran los rayos solares hacia la Tierra, hay un callejón abierto por donde entran y salen los aparatos. La Argentina es la entrada a la Tierra. Allí paran y se diseminan.
- ¿Pero la Argentina no es un país especialmente elegido?
- No. Es la puerta de entrada. Toda la Tierra es un campo magnético, y en algunos sitios hay más magnetismo (...)".
Hasta aquí la la referencia a dicha revista. Ahora nos detendremos en esta hipótesis que ya era sostenida por el Ing. Enrique L. Ferraz allá por el año 1965, en la revista Atlántida (Buenos Aires): "... el hecho de que se produzcan tantos sucesos de esa naturaleza (aparición de OVNIs) en nuestra Patagonia ha comenzado a ser científicamente explicable. Pensamos que vuelan por ese itinerario deliberadamente porque en él encuentran el mejor lugar de salida de la órbita terrestre ¿Por qué? Porque recientes descubrimientos practicados con el lanzamiento de satélites tienden a demostrar que el cinturón de Van Allen -de tremenda radiactividad- constituiría las líneas de fuerza del tremendo imán que es la Tierra. Entonces, por los polos residirían zonas de rápido cruce, donde aminoran los efectos del campo magnético. Y allí estaría el mejor punto de salida para abandonar la Tierra en vuelos interplanetarios...".
Al respecto, el Ing. Eduardo Elias en su libro "La tierra es hueca: Arquitectura de la Tierra y demás orbes sidéreos" (Editora Kale, Perú, 1988) en la pág. 58 hace referencia de esta manera: "...En 1958 se confirmó, con el uso de satélites, que existía un intenso cinturón de radiación circulando sobre la Tierra a una altitud aproximada de 1.000 km. sobre el Ecuador -los cinturones de Van Allen-. Se concluyó entonces que los OVNIs evitaban dicha radiación que podía serles letal; y que esa era la razón de encontrarlos con mayor frecuencia en los polos, donde las radiaciones también tenían su lugar de convergencia (...) el hecho que nos interesa es que los OVNIs han sido rastreados y ha quedado comprobado que egresan e ingresan en gran número hacia nuestra atmósfera, por los Polos...".

Estimo que es momento de detenernos un instante en un concepto que aparece reiteradamente en este relato. El cinturón de radiación de Van Allen es una zona de la magnetósfera de la Tierra en torno al ecuador magnético. Contiene una gran cantidad de partículas energéticas. Estas son las reuniones de estas partículas con las moléculas de la Tierra de la parte superior de la atmósfera que están causando auroras polares. Este cinturón fue descubierto en 1958 por el físico norteamericano James Alfred Van Allen (fallecido en 2.006) a partir de las mediciones hechas por los contadores Geiger diseñados por él mismo en el satélite Explorer 1 y Explorer 3, aunque en 1954 George Adamski ya había planteado la existencia de estos cinturones.



Como puede visualizarse en el gráfico superior, se encuentra conformado por dos anillos. El anillo interior se encuentra entre 700 y 10.000 km de altitud, se compone principalmente de alta energía de los protones del viento solar, atrapadas por el campo magnético terrestre. El cinturón exterior se extiende entre los 13.000 y 65.000 km de altitud y está también compuesto por electrones de alta energía. Las partículas de los dos cinturones se desplazan continuamente a alta velocidad entre los polos norte y sur de la magnetósfera. En el 2007, los físicos Y. Chen, G. Reeves y R. Friedel del Laboratorio Nacional de Los Álamos descubrieron cómo las ondas electromagnéticas aceleran electrones ordinarios en los cinturones de radiación a un estado que se denomina "electrones asesinos", por tratarse de partículas que resultan altamente peligrosas para los satélites, las naves espaciales y los propios astronautas, y por tal motivo son evitados en las misiones espaciales tripuladas.


A manera de conclusión, retomamos lo dicho hasta ahora. Por un lado, Fabio Zerpa habla de la Patagonia como "puerta de entrada", por el otro, Enrique Ferraz nos la presenta como el "mejor punto de salida". Por consiguiente, estamos en condiciones de afirmar que efectivamente, nos encontramos frente al mejor ovnidromo natural de nuestro planeta, por lo que no tenemos nada que envidiarle a la "pista de aterrizaje de OVNIs" de Villavieja, en el departamento de Huila (Colombia) ni al futuro "ovnipuerto" de Lajas (Puerto Rico), ambos artificiales.

© Daniela Ciancia

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